Son muchos los gatos que a lo largo de la historia han formado parte de los videojuegos más famosos, siendo, como en la vida real, los grandes compañeros de aventuras de nuestros personajes favoritos o, incluso, llegando a ser los indiscutibles protagonistas de las historias.
En el caso de Dawn of the Yaya, Mistol será quien acompañe a nuestra ya querida abuela por todos los puzzles y fases del juego, haciendo que su periplo a lo largo del mismo sea lo más exitoso posible.
Así que, mientras esperamos la llegada de nuestra mascota favorita, queremos hacer un repaso entre los gatos más famosos de la historia de los videojuegos.
Empezaremos con el videojuego por excelencia: Pokémon. Meowth aparece en la primera generación del juego y, aunque es un Pokémon, tiene forma de gato. Formaba parte del conocidísimo trío el “Team Rocket”, siendo el compañero felino de Jessie y James en todas sus aventuras.
Uno de los personajes más famosos del juego Final Fantasy fue Cait Sith, un gato robot que tenía un papel más que relevante: se trataba de un espía de Shinra, utilizado para vigilar a Cloud y sus amigos. Aparece por primera vez en Gold Saucer como una máquina adivinadora que hará una de las predicciones más importantes del juego: “Encontraréis lo que buscáis pero perderéis algo querido.”
Animal Crossing también quiso incluir entre sus filas un personaje felino y, para ello, nos presentó a Rover. Este amigable gato es el primer animal que nos encontramos cuando comenzamos nuestras andanzas en este videojuego, haciéndonos preguntas sobre fechas, nombres, y hacia dónde nos dirigimos, para preparar el pueblo donde vamos a vivir nuestras vidas.
Por último, nos encontramos a Toro, una de las mascotas más emblemáticas del mundo de los videojuegos en la capital por excelencia de los mismos: Japón. Toro es el personaje creado por Sony Computer Entertainment en 1999 como personaje principal de Doko Demo Issyo, pero siendo visto en numerosos juegos creados posteriormente como Little Big Planet o Street Fighter x Teken.
Definitivamente, Mistol tiene grandes antecesores felinos pero podrá demostrar su valía próximamente. ¡Os mantendremos informados!
Redactora del texto: Inés Domínguez Fernández.
En el caso de Dawn of the Yaya, Mistol será quien acompañe a nuestra ya querida abuela por todos los puzzles y fases del juego, haciendo que su periplo a lo largo del mismo sea lo más exitoso posible.
Así que, mientras esperamos la llegada de nuestra mascota favorita, queremos hacer un repaso entre los gatos más famosos de la historia de los videojuegos.
Empezaremos con el videojuego por excelencia: Pokémon. Meowth aparece en la primera generación del juego y, aunque es un Pokémon, tiene forma de gato. Formaba parte del conocidísimo trío el “Team Rocket”, siendo el compañero felino de Jessie y James en todas sus aventuras.
Uno de los personajes más famosos del juego Final Fantasy fue Cait Sith, un gato robot que tenía un papel más que relevante: se trataba de un espía de Shinra, utilizado para vigilar a Cloud y sus amigos. Aparece por primera vez en Gold Saucer como una máquina adivinadora que hará una de las predicciones más importantes del juego: “Encontraréis lo que buscáis pero perderéis algo querido.”
Animal Crossing también quiso incluir entre sus filas un personaje felino y, para ello, nos presentó a Rover. Este amigable gato es el primer animal que nos encontramos cuando comenzamos nuestras andanzas en este videojuego, haciéndonos preguntas sobre fechas, nombres, y hacia dónde nos dirigimos, para preparar el pueblo donde vamos a vivir nuestras vidas.
Por último, nos encontramos a Toro, una de las mascotas más emblemáticas del mundo de los videojuegos en la capital por excelencia de los mismos: Japón. Toro es el personaje creado por Sony Computer Entertainment en 1999 como personaje principal de Doko Demo Issyo, pero siendo visto en numerosos juegos creados posteriormente como Little Big Planet o Street Fighter x Teken.
Definitivamente, Mistol tiene grandes antecesores felinos pero podrá demostrar su valía próximamente. ¡Os mantendremos informados!
Redactora del texto: Inés Domínguez Fernández.
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